Tenemos que remontarnos muchos años atrás para comprobar que era una especificación bastante habitual en teléfonos de gama alta, antes de que el iPhone y los primeros teléfonos Android llegaran para establecer cómo debían ser los smartphones.
El puerto de infrarrojos estuvo bien presente en el pasado, pero lo olvidamos. Ha vuelto para quedarse
Era habitual encontrarse con teléfonos Palm, Windows Mobile o Symbian, con el citado transmisor y receptor, ya que se podía utilizar como un puerto de comunicación, y el sistema debía ser bidireccional. Incluso podíamos ver teléfonos Nokia de gamas más asequibles con el deseado puerto.
La funcionalidad que tenían en ese momento era básica, y la velocidad lenta, aunque muy práctica si queríamos compartir información entre dispositivos, como compartir contactos. En las plataformas con posibilidad de crear aplicaciones, empezaron a aparecer desarrollos de terceros que le daban mayor utilidad al puerto, como hacer las veces de mando de control de tu televisión o dispositivo similar.
La historia más reciente ya la conocéis, empezaron a florecer tecnologías de conectividad de corto alcance más seguras, rápidas y estables, como el Bluetooth. Pero esta año se vuelve a la carga con el puerto de infrarrojos, como podéis ver en la lista de terminales que compartimos.
La clave es que es funcional con televisores, o set-top-boxes, y es una tecnología barata de implementar. Es llamativo encontrarse con un elemento disruptor en una tendencia de diseño donde cada vez hay menos elementos, y los que hay están muy integrados, como baterías o carcasas cerradas.
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